jueves, 17 de octubre de 2013

PREVENCIÓN DE LA NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES ORIENTACIONES EDUCATIVAS PARA LA GESTIÓN INTEGRAL DEL RIESGO

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MISIÓN SUCRE
ARAURE ESTADO PORTUGUESA




PREVENCIÓN DE LA NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES
ORIENTACIONES EDUCATIVAS PARA LA GESTIÓN INTEGRAL DEL  RIESGO





ASESORA: LICDA. EDU INICIAL
RODRIGUEZ ROSA


INTEGRANTES:
GUEDEZ YEIRE CIN.- 17.599.182
RODRIGUEZ MARIANA CIN.- 18.672.539
MOLINA CARMEN CIN.- 9.479.043
SISTEMA EDUCATIVO BOLIVARIANO


OCTUBRE, 2013



INTRODUCCIÓN
           
            El presente informe está referido a la Prevención de Necesidades Educativas, en él se realiza una investigación general sobre la intervención temprana desde sus inicios, en los años 60, pasando por diferentes momentos hasta la actualidad, tomando en consideración los aportes hechos por los diferentes autores consultados.
En este sentido, todos estos aportes han llevado a que se tomara en cuenta la primera etapa del desarrollo del niño, es decir desde su nacimiento y que en materia de Educación Especial, contribuyó  a generar en Venezuela a mediados de los años 70 una creciente preocupación, surgiendo los programas de intervención temprana
            De la misma manera, se elabora un resumen de la Visión retrospectiva de la prevención e Intervención Temprana, así como la caracterización de la población objeto de estudio, orientaciones educativas para los factores de riesgo. 
            Finalmente, es importante destacar que el estudio de esta investigación nos facilitará los conocimientos necesarios para el aprendizaje que debemos aplicar cuando estemos laborando en un centro de educación inicial.


 PREVENCIÓN ATENCIÓN INTEGRAL TEMPRANA
            La atención integral temprana puede definirse como un conjunto de acciones que tienden a proporcionar al niño las experiencias que éste necesita para desarrollar al máximo sus potencialidades. La acuñación de este término es relativamente reciente y tiene un significado equivalente a otros ya caídos en desuso o que han logrado menor consenso como: estimulación precoz, estimulación temprana o intervención temprana.
            En un primer momento, los programas de atención temprana se dirigían a niños de alto riesgo ambiental, niños sometidos a la influencia desfavorable del entorno al pertenecer a sectores marginados de la población; y, también, a aquellos otros con factores de riesgo biológico probable (niños prematuros, de bajo peso, etc.) o con un déficit establecido (parálisis cerebral, síndrome de Down, ceguera, etc.).
            La década de los 60, época floreciente en la investigación sobre desarrollo infantil, marca el comienzo de la era moderna en intervención temprana. Se reafirma la idea acerca de las capacidades que tiene el ser humano en los primeros años de vida. En 1964, Bloom (1.965) publica un trabajo en el cual señala que gran parte del desarrollo intelectual del niño ocurría antes de los 4 años.
            Por otra parte, la atención al niño en edades tempranas estaba contemplada en el modelo entre 0 y 4 años de edad, en términos de su plan de intervención individualizado, concluyendo con una estrategia de seguimiento como cierre del proceso de atención al niño y a la familia. Investigaciones en el campo de la psicología y la educación han acumulado suficiente evidencia que sustenta la importancia del entorno y su influencia durante los primeros años de vida del niño ya que puede ocasionar cambios en el curso de su desarrollo.
            En este sentido, tiene vigencia e importancia la detección temprana y la atención integral desde los comienzos de la vida, en particular para el niño de alto
riesgo y con necesidades especiales. Esta atención integral es un proceso que se inscribe en una orientación educativa y requiere continuidad y coherencia en sus acciones, en la evaluación, planificación, reevaluación de objetivos y metas logradas; además de integrar de manera activa a los padres, requiere experticia por parte de profesionales de diferentes disciplinas y programas sociales de apoyo, ampliamente coordinados para el logro de objetivos dirigidos al niño, a su familia y a la comunidad. Es así como los Programas de Prevención y Atención Integral Temprana dirigidos al niño de 0 a 6 años en condiciones de riesgo, necesariamente deben ser intersectoriales, donde se perfilen líneas de acción en las áreas de supervivencia, protección y desarrollo.
            Cabe destacar, que es hasta el año escolar pasado, existían la valiosa experiencia de los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) que luego de los cambios para la transformación de la educación especial pasarán hacer absorbidos por los centros de diagnóstico orientación formación y seguimiento para la diversidad funcional (CDOFSDF),el cual será el encargado de realizar la detección y prevención de las necesidades especiales, para luego ubicar al menor en un centro de educación inicial simoncito, para brindarle el derecho a la inclusión e integración escolar.
            Es importante destacar, que estos centros serán atendidos por personal especializado con competencias de alto nivel profesional para la atención y prevención de las necesidades especiales a tiempo.
            En el caso del niño de 0 a 3 años, el modelo se orienta hacia una intervención temprana integral, atendiendo a la condición de alto riesgo y a las alteraciones en su desarrollo. En el caso del niño de 3 a 6 años, el modelo se orienta hacia una atención educativa temprana que garantiza la continuidad de los alcances del proceso de intervención temprana en el niño. La Intervención Básica Específica de 3 a 6 años puede llevarse a cabo en el Centro de Desarrollo Infantil, en el preescolar de los Institutos de Educación Especial en concordancia con la caracterización de la población o en los preescolares regulares. En estos dos últimos casos el Centro de Desarrollo cumple funciones de seguimiento y de servicio de apoyo.
Situación actual de la prevención e intervención temprana
             Al hacer una revisión de la Fundamentación Teórica para la atención suministrada al niño menor de 6 años por parte de la Dirección de Educación Especial, (Fundamentación Teórica, 1986) se evidencia el planteamiento de un modelo de atención predominantemente clínico.

ORIENTACIONES EDUCATIVAS PARA LA GESTIÓN INTEGRAL DE RIESGO.
Factores de Riesgo y Alteraciones de Tipo Biopsicosocial
            Se habla de alteraciones biológicas establecidas cuando el niño presenta problemas de tipo biológico claramente identificados que conllevan necesariamente a la presencia de grados variables de retardo en el desarrollo.
            Se habla de riesgo biológico inferido cuando existen condiciones prenatales, perinatales, neonatales y de la primera infancia que pueden producir una lesión en el sistema nervioso central (SNC) en desarrollo, incrementando así la posibilidad de retardo o de alguna otra limitación que conduzca a la necesidad de educación especial.
            El riesgo psico-social se deriva de condiciones de tipo social, económica y psicológica que pueden ocasionar alteraciones en el desarrollo del niño. Situaciones producto de la crisis a nivel familiar, el establecimiento inadecuado del vínculo madre-hijo, inestabilidad emocional de los padres, rechazo, abandono afectivo, alteraciones tempranas de la personalidad del niño, entre otras, incrementan las probabilidades de que aparezcan alteraciones en el desarrollo o en el repertorio conductual del niño.

Entre los factores de riesgo ambiental y social se encuentran los embarazos no controlados, el bajo nivel educativo de la madre, disfunción familiar, bajo nivel socio-económico, drogadicción y alcoholismo por parte de los padres, o una madre con retardo mental, entre otros.
            Los niños con necesidades especiales o en situación de riesgo, no están en condiciones de controlar su ambiente para beneficiarse de las experiencias que requieren y así poder adquirir habilidades evolutivas importantes. Por lo tanto, es necesario proporcionarles alguna forma de ayuda especializada. Mientras más temprano se realice esta intervención, mayores oportunidades tendrá el niño de detener impedimentos adicionales y mejorar los déficits existentes.
En este sentido, el Sistema Educativo Nacional es el espacio que garantiza la formación de una cultura de prevención, mediante prácticas de trabajo permanente con las comunidades educativas, donde la gestión integral del riesgo se convierta en un estilo de vida que permita minimizar los impactos de los eventos adversos, producto de una formación integral de calidad y permanente para la población, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano, familias, escuelas y comunidades.
Orientaciones para operativizar la gestión integral del riesgo en las instituciones educativas.
•          Jornadas de formación permanente en gestión integral del riesgo con la participación de la comunidad educativa e instituciones gubernamentales involucradas con la gestión del riesgo.  Creación del Comité de Gestión Integral del Riesgo (C.G.I.R.) con la participación de la comunidad educativa e instituciones gubernamentales involucradas con la gestión del riesgo. Elaboración del Plan de Gestión Integral del Riesgo con la participación de la comunidad educativa e instituciones gubernamentales involucradas con la gestión del riesgo. Identificar y socializar las zonas vulnerables ante eventos adversos naturales y/o antrópicos en la escuela, familia y comunidad. Simulacros y simulaciones ante eventos naturales, conversatorios con los consejos comunales.
CONCLUSIONES
            Debemos implementar en nuestro sistema educativo, Planes de Atención Psicosocial de niñas, niños, adolescentes y familias para consolidar la prevención de las necesidades educativas especiales.
            En la República Bolivariana de Venezuela, como en otros países, en las décadas 70, 80 y 90 se desarrolló el término "Riesgo" como un paradigma asistencialista conducente al desarrollo de una conciencia ciudadana "para la conservación defensa y mejoramiento del ambiente, la calidad de vida para el uso racional de los recursos naturales"; en esta perspectiva no se tomaba en cuenta una visión de Gestión Integral del Riesgo en el marco de una cultura preventiva.
            En las situaciones de emergencias y desastres la educación hace posible la protección física, psicosocial, cognitiva que puede salvar y mantener vidas. Las acciones educativas previas, durante y posteriores a los eventos adversos de origen natural o antrópicos suministran a las escuelas, las familias y las comunidades la estabilidad necesaria tanto en el plano psicosocial como socioeconómico.
            Finalmente debemos crear: una cultura de prevención desarrollando:
Planes de Seguridad Escolar, Planes de Prevención de Riesgo, Planes de Atención Psicosocial de niñas, niños, adolescentes y familias. Planes de Ahorro Energético. Sistemas de Alerta Temprana. Planes de Educación Vial. Croquis, dibujos y/o mapas preliminares de riesgo en las escuelas de las familias y comunidades. Planes de Erradicación de Enfermedades Endémicas. Proyectos que desarrollen la Cultura de Paz. Brigadas de Prevención, entre otros.

 BIBLIOGRAFÍA
CONCEPTUALIZACIÓN Y POLÍTICA DE LA PREVENCIÓN Y ATENCIÓN INTEGRAL TEMPRANA  http://biblo.una.edu.ve/docu.7/bases/marc/texto/ley36938e.pdf
                                                    http://www.unicef.org/venezuela/spanish/Gestion_del_Riesgo(1).pdf










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